En este día en el Colegio Villalkor queríamos hablar de un tema muy importante, “la muerte”, que nos incumbe a todas las personas aquí presentes y las que no lo están, es más, podríamos decir que es el más importante puesto que todas las personas formamos parte de ella, aquello que hace posible todo: la vida.
El viernes pasado os invitamos a reflexionar sobre la vida. Como ya sabréis, todo lo que empieza, acaba, es ley de vida. Vuestro plato preferido, un partido de fútbol, las vacaciones, un curso escolar y esto lo habréis experimentado 1º, 2º, 3º… Nuestra vida está atravesada por principios y por finales, como toda historia.
Muchos filósofos han llegado a afirmar que los seres humanos no tenemos naturaleza, sino historia. Somos lo que somos gracias a todas esas personas y culturas que estuvieron antes que nosotros, y lo que hagamos nosotros hoy influirá en el mañana de otros. Esa es la magia de la humanidad, no somos los primeros ni seremos los últimos en preguntarnos por lo que hay más allá.
En este acto, que representamos en nuestro teatro, escuchamos dos voces. Una de ellas nos contó cómo han entendido la vida y el más allá otras culturas, mientras que la otra voz recitó poesía. Y os preguntaréis, ¿por qué poesía? La poesía tiene la capacidad de verbalizar aquellos sentimientos tan difíciles de expresar, con su melodía nos guía y nos recuerda la belleza que habita en cada cosa.
La unión de lo racional con lo sentimental
Los seres humanos además de ser racionales somos sentimentales, y es la unión de ambas voces la que, expresa el misterio de la humanidad.
Con este acto queríamos que todos se sintieran herederos de todos ello. Los neandertales con sus ritos funerarios ya empezaron a hacer rituales de despedida dando valor a cada vida. También de los griegos que aceptaban su destino y se enfrentaban a este: “lo único que nos queda es ser valientes”. Los egipcios que momificaban sus cuerpos y los enterraban con lo que ellos más amaban.
En la Edad Media se representaba un auto sacramental denominado Baile de la muerte en el interior de las iglesias. Protagonizado por la figura de la muerte, que iba a buscar a varios personajes acompañada de un séquito de almas en pena.
Don Juan Tenorio
Pero si hay una representación estrechamente vinculada con la fiesta de Todos los Santos es Don Juan Tenorio. La obra de José Zorrilla, publicada en 1844, narra las aventuras de un galán mítico que ya estaba presente en piezas del siglo XVII, como El burlador de Sevilla y convidado de piedra, atribuida a Tirso de Molina, o Le festin de Pierre, de Molière. Como los difuntos tienen un papel destacado en la resolución del argumento, las representaciones de Don Juan Tenorio se convirtieron en una tradición de Todos los Santos.
La tradición de representar la obra en la víspera de Todos los Santos se remonta al siglo XIX. De lo que no hay duda es de que en la segunda parte de la obra cobran gran protagonismo la muerte, las presencias fantasmagóricas y la salvación del alma del arrepentido. Y todo ello en un lúgubre escenario donde los muertos reviven.
Apreciad vuestra vida, vividla desde la cordura y la pasión, haced que la vida valga la alegría.
Desde el Colegio Villalkor, queremos fomentar y mantener nuestras tradiciones, pues son parte de nuestra historia, de la vida de nuestros antepasados y de la nuestra propia.
No dejemos que se pierdan.