A través de las metodologías activas nos servimos de estrategias de aprendizaje enfocadas a nuestro alumnado. Se trata de procesos interactivos de enseñanza en los cuales el alumno se convierte en el protagonista de su aprendizaje. De esta manera conseguimos una mayor proactividad y potenciamos su capacidad crítica.
El docente se convierte en un guía facilitador de un aprendizaje cuyas bases son:
La indagación.
La experiencia práctica.
El descubrimiento.
En Villalkor llevamos años apostando por la implementación de la metodología cooperativa en el aula, desde la etapa de Infantil hasta Bachillerato.
La metodología cooperativa no solo permite que el aprendizaje suceda igual que con la metodología meramente expositiva si no que, sin abandonar ésta, promueve relaciones mediante las cuales nuestros alumnos aprenderán más habilidades, mejores competencias y conocimientos para su futuro y para la vida.
Trabajar en grupos cooperativos les permitirá en el futuro desenvolverse con mayor adaptabilidad a la sociedad que les tocará vivir.
Ello no impide que la enseñanza que ofrecemos sea individualizada, puesto que permite a cada alumno trabajar a su propio ritmo. Pero también es necesario promover la colaboración y el trabajo grupal, ya que éste establece mejores relaciones con los demás alumnos, aprenden más, les agrada la escuela, los alumnos se sienten más motivados, se aumenta su autoestima y aprenden habilidades sociales más efectivas al estudiar. Trabajar en grupos cooperativos les permitirá en el futuro desenvolverse con mayor adaptabilidad a la sociedad que les tocará vivir.
En Primaria comenzamos a ser más conscientes del compañero, por lo que la dinámica cooperativa es cada vez más completa y compleja. En las aulas de Primaria, los alumnos se dividen en equipos de cuatro o cinco miembros que tienen su nombre, logo y lema. Del mismo modo cada miembro del equipo tiene un rol asignado que hace que tengan una responsabilidad dentro del equipo, y que va rotando a lo largo del curso.
Todos nacemos con la capacidad de pensar, pero es necesario un entrenamiento focalizado del pensamiento para que se desarrolle y no se quede limitado a una función inconsciente, sino que se haga visible y se comparta.
Las rutinas de pensamiento son estrategias que nos sirven para aprender a pensar, hacer visible el pensamiento y desarrollar la capacidad de pensar. Buscan ampliar y profundizar el pensamiento del alumnado. Utilizan patrones sencillos de pensamiento que pueden ser utilizados una y otra vez, hasta convertirse en parte del aprendizaje. Un ejemplo de rutina de pensamiento es:
Veo – Pienso – Me pregunto
Esta rutina ayuda a estimular la curiosidad y a establecer un escenario de investigación. Las rutinas de pensamiento son estrategias breves con pasos sencillos que:
Activan los conocimientos previos.
Orientan las preguntas de los alumnos.
Estructuran las discusiones en el aula.
Si se practican con frecuencia, las rutinas de pensamiento pueden convertirse en hábitos que ayudan a los alumnos a pensar de manera lógica y a mejorar su capacidad de comprensión.
Las destrezas de pensamiento:
Desarrollan el pensamiento profundo y eficaz.
Potencian el aprendizaje del contenido estimulando a los estudiantes a pensar de forma profunda acerca del contenido que están aprendiendo.
Hacen el pensamiento visible, para que todos lo vean, lo aprecien y puedan desarrollar sus capacidades.
Como consecuencia los alumnos se hacen más reflexivos y metacognitivos, empiezan a considerar varios puntos de vista y a ser más autónomos.
Las destrezas de pensamiento llevan asociado un mapa de pensamiento (preguntas que guían el pensamiento) y se apoyan en organizadores gráficos (esquema visual donde se hace visible el pensamiento respondiendo a las preguntas del mapa de pensamiento). Además, emplean procedimientos reflexivos específicos y apropiados para un ejercicio de pensamiento determinado.
