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Fomentar la lectura para un buen desarrollo

Leer es una de las competencias que queremos que aprendan nuestros niños desde que comienzan la escuela. Las familias tenemos claro que han de aprender a leer, y también deseamos que esta competencia les de múltiples satisfacciones, que disfruten de la lectura y lean mucho porque en la lectura está la cultura, el conocimiento y, también, la diversión.

Muchas veces no vemos que la lectura sea todo lo motivadora que debería ser, vemos a nuestros niños preferir una tablet a un libro, y la peor de nuestras pesadillas, que prefieran la tele a un buen libro.

Según un estudio que ha presentado la Federación de Gremios de Editores de España patrocinado por la Dirección General de Industrias Culturales y del Libro del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, sobre Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2017:

 

  • El 57,7% de los españoles lee libros en su tiempo libre, con una media de 13 libros año, mientras que el 40% no lee ninguno.
  • 9 de cada 10 españoles leen en cualquier formato al menos 1 vez al trimestre.
  • Las mujeres leen más libros (67,9%), revistas (46,7%) y redes sociales (59,4%).
  • Los hombres superan a las mujeres en prensa (82,25), webs, blogs y foros (51,7%) y cómics (14%).
  • La franja de edad en que más se lee es entre los 25 y 34 años (100%); la de 14 a 24 años (99,3%), y la de 45-54 años (95,9%).
  • Es a partir de los 55 años cuando el descenso es total.
  • Los estudiantes universitarios los que más leen.
  • Las Comunidades Autónomas con mayores índices lectores son Madrid, Navarra y País Vasco (63,9%) mientras que Andalucía, Canarias y Extremadura presentan los porcentajes más bajos.
  • La literatura es el género favorito y se prefiere el formato impreso frente al digital, aunque la lectura digital ha subido 18 puntos y casi tres de cada diez españoles leen libros digitales.
(Fuente: Leer.es)

 

A la luz de estos datos es fácil pensar que sería deseable incrementar nuestros hábitos lectores, especialmente porque a través de la lectura desarrollamos otras capacidades relacionadas con nuestro desarrollo a nivel personal, cultural y social.

El cerebro está preparado para la adquisición del lenguaje, ya sabemos que si los niños no interactúan en edades tempranas con la lengua es probable que tengan dificultades para adquirirla, la comunicación existirá pero no el lenguaje humano, tal y como lo conocemos. Además de hablarles, leer cuentos es una gran idea para la adquisición de otras competencias vinculadas al desarrollo del lenguaje, como la imaginación, creatividad y fantasía. La lectura asidua estimula y favorece el desarrollo del lenguaje y la adquisición de normas sencillas como por ejemplo, esperar turnos de conversación.

Además de hablarles, leer cuentos es una gran idea para la adquisición de otras competencias vinculadas al desarrollo del lenguaje, como la imaginación, creatividad y fantasía.

Cuando se abre un libro es como adentrarte en un nuevo lugar, tan solo varias páginas trasladan al lector hacia una historia, un lugar, un mundo desconocido estimulando y evocando emociones, sensaciones, sabores, olores, colores… y un sinfín de posibilidades para la imaginación. A través de la emoción que evocan los libros aprendemos, como dicen Marina y de la Válgoma en «La magia de leer»(2005): somos insaciables consumidores de emociones. Somos adictos al estremecimiento, pero nos horrorizaría estar siempre estremecidos, por eso leemos novelas.

Además, a través de la lectura se puede fortalecer el vínculo familiar y trabajar la educación emocional desde la infancia, contribuyendo a una buena reflexión e influencia en una buena salud mental del niño. Otra de las recomendaciones de estos autores es que podemos alargar la lectura a cualquier edad… ¿y por qué no? La mayoría de nosotros leemos a los niños cuentos hasta que leen por sí mismos. Sin embargo, los procesos cognitivos que se ponen en funcionamiento son diferentes si leemos o escuchamos, por eso es interesante que tanto para profesores como familias, leer historias a nuestros alumnos o hijos, a través de la cuales podemos conversar y así fortalecer nuestro vínculo con ellos.

Realmente os recomendamos en este artículo que leáis el libro citado anteriormente sobre «La magia de leer» (Marina, J.A. y de la Válgoma, M., 2005), en el que recomiendan algunas «recetas mágicas» para fomentar y apasionar a nuestros niños y jóvenes el gusto por la lectura. A modo de resumen, estas son algunas de las recomendaciones y reflexiones:

  1. Leer es descifrar cualquier tipo de signo. Habitamos en un bosque de signos. Nuestro modo principal de conocer la realidad es leyéndola. En este sentido, la Naturaleza entera es un gran libro.

Los autores nos recomiendan desentrañar el pensamiento natural, la realidad, el mundo a través de la lectura. Para ello es necesario aprender a desentrañar los signos que juntos nos hacen adentrarnos en el bosque de las palabras que nos trasladarán hacia un nivel mayor de comprensión. De la lectura depende el futuro del mundo, porque a través de ella podremos encontrar la respuesta a múltiples preguntas, a través de la lectura estimularemos el pensamiento y el juicio crítico para entender el mundo.

2. La magia del lenguaje, la poderosa magia de la lectura se funda en dos magias previas e imprescindibles: la del lenguaje y la de la escritura.

El ser humano logró desarrollar dos «magias» únicas: el lenguaje y la escritura… y también la lectura, por lo que leer nos hace humanos. De acuerdo a estos autores: «Todo lo que tiene que ver con el lenguaje es desmesurado y misterioso, es a la vez trascendental y rutinario… La realidad entera quedó encerrada en las palabras, se hizo manejable, transmisible… Lo más llamativo de las palabras no es que representen el mundo, sino que provoquen sentimientos reales… Los antiguos tratadistas definían a la retórica como el modo de despertar las emociones mediante las palabras».

A través de las palabras despertamos algo que es también genuinamente humano: las emociones, y también su papel en el aprendizaje puesto que sabemos que sin emoción no hay aprendizaje.

3. Aprender a leer proporciona una alegre sensación de poder y de libertad. Ser analfabeto es un modo de esclavitud, de parálisis o de ceguera.

Es cierto que nos gustaría incrementar el hábito lector, pero también es cierto que cada vez somos más cultos, nuestros niños aprenden la competencia lectora, y el analfabetismo está muy lejos del lugar donde estaba hace cien años en nuestro país. Es un logro real, y hemos de felicitarnos por ello. La lectura y los libros, así como la pasión del hombre por transmitir historias y de escuchar historias es algo que ha contribuido y contribuye a alcanzar mayor libertad. La lectura, por tanto, es una actividad emancipadora. A través de la lectura, de sus historias, de las pasiones que desatan las poesías, las narraciones… obtenemos mayor grado de libertad y poder. Es la lectura la que nos convierte en personas capaces de pensar, crear y crecer.

¿Qué podemos hacer para fomentar el hábito lector en nuestros hijos y alumnos?

Aparte de las recomendaciones que nos ofrecen estos autores, dejamos algunas recomendaciones que no debemos olvidar:

  • Dejar libertad a la hora de elegir la lectura. Es bueno permitir que sea el niño el que escoja qué quiere leer. Evitemos la idea de que hay lecturas buenas o malas, recordemos que leer abre un universo que ayuda a la construcción de un juicio crítico y este es uno de los propósitos.
  • Incentivar la lectura, pero no obligar ni imponer. Si les mostramos la obligatoriedad de la lectura es muy probable que perciban esta como algo aburrido y acaben aborreciéndola. Mostrar la cantidad de ventajas que tiene leer, apasionarles es la mejor manera de que ellos se acerquen por sí mismos y disfruten de una larga vida lectora.
  • Plantear la lectura como un juego. Leer es un acto placentero y por tanto hemos de promocionar entornos para que se produzca. Casi siempre la lectura se ha asociado a un entorno académico, y esto ha dificultado en ocasiones que se acerquen a la lectura con motivación, por lo que hay que cambiar el discurso y plantearlo como un juego, algo que satisface y genera mucho bienestar. Leer a nuestros niños quizás sea una buena estrategia puesto que además fomentará el vínculo familiar.
  • Encontrar espacios para leer lo más creativos posible. En la línea de conseguir que la lectura sea muy cercana al placer y al juego, hemos de pensar en lugares creativos, que consigan hacer volar la imaginación… y que alimente la creatividad y la emoción. Haz excursiones al campo para leer, o en el parque, o puedes aprovechar cada momento relajado y lúdico para ello.
  • Hazlo rutinario, que forme parte del día a día de la familia. Crear hábitos y rutinas orientan en la vida y hacen que los niños tengan referencias claras, afiancen comportamientos y por tanto sean capaces de hacerlo como parte de su vida.
  • Dar ejemplo. el ejemplo es la mejor manera de promover la lectura de los más pequeños. Pensemos que no podemos exigir lo que no hacemos. Es importante también interesarse por su lectura, preguntarles por títulos, personajes, géneros favoritos…
  • Escribir también estimula la lectura e impulsa su imaginación. Escribir y leer son dos procesos conectados, con la lectura la imaginación se dispara y la mejor forma de dar salida a esta creatividad es alentando a que el niño se siente a escribir.

Y por último, pero no por ello menos importante, disfruta, deja volar tu imaginación, escribe, sueña y sobre todo… lee…

Gema de Pablo González

Psicóloga Coordinadora del  Departamento de Orientación

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