La ópera prima de Iván Melguizo, “María”, desarrolla su argumento en torno a la problemática del Alzhéimer. Recibió un reconocimiento en el Festival Internacional del Cine sobre la Discapacidad. El segundo corto con el que alcanza un reconocimiento en festivales internacionales ha sido “Tres minutos”: Mención en el Abbey Film Festival, 2º premio en el Philadelphia Youth Film Festival, Best Director a Iván Melguizo en el 25 Zoom International Student Film Festival en Toronto… Iván, No está nada mal para comenzar una carrera cinematográfica antes de los 18 años. ¿Qué sientes cuando ves recompensado tu trabajo en el extranjero?
La verdad es que no me quejo; sí, estoy contento. Siempre se agradece que se te reconozca. Lo que ocurre es que, debido a la pandemia por Covid, no he asistido a ninguna gala de entrega de premio. Así que se ha quedado en e-mails y notificaciones oficiales, pero me falta la emoción de la entrega en directo, que aún no he vivido.
Iván, ¿en qué momento despertó en ti el gusanillo de la interpretación?
No recuerdo ningún momento de mi vida en el que no quisiera ser actor. Lo sé desde pequeño. Mis padres me han contado cómo la primera vez que me llevaron a una sala de cine estuve las dos horas de pie en la butaca mirando atentamente la pantalla.
Estás cursando 2º de Bachillerato, ¿cómo consigues compaginar tu afición con los estudios?
Por ahora no he tenido ningún problema para hacerlo. Una tarea no me ha impedido la otra. Si llegase el momento en el que mis estudios se resintieran, entonces me lo plantearía, pero no se ha dado aún el caso.
¿De qué manera te has preparado para ser director, guionista y actor?
Comencé interpretando aquí en el colegio, en la asignatura de Teatro. Y me encantó interpretar, conocer un personaje… Así que me inscribí en una academia de interpretación. También he estado en varias compañías de teatro y he asistido a cursos de escritura de guión, de dirección… Pero me he formado más en la interpretación que en dirección.
¿Cuáles son tus motivaciones a la hora de escribir un guión?
Las ideas surgen, depende de tu estado de ánimo, de tus vivencias… De repente un detalle de tu entorno influye en tu trabajo. Por ejemplo, con la temática del Alzhéimer. Aunque por suerte no tengo ningún familiar directo afectado, sí que conozco amigos que lo están viviendo, y he visto algún reportaje en televisión. A partir de ahí comienzas a informarte y descubres la profundidad de algo que aparentemente te es muy lejano. Tengo amigos cercanos a los que les ha tocado vivir el Alzhéimer más de cerca y te transmiten su problemática. En general te suele venir una idea y la empiezas a desarrollar. A veces llega a buen puerto, a veces no llega a ningún sitio y la descartas.
Te encuentras inmerso en la preparación de tu siguiente proyecto, “Memorias de una bailarina”, que también tienen como eje argumental el tema del Alzhéimer. Para su financiación has puesto en marcha un crowdfunding, en el que Villalkor ha colaborado. ¿Esa es la primera vez que recurres a este sistema para financiarte? ¿De qué manera has financiado los proyectos anteriores?
Es la primera vez que recurro al crowdfunding. Los proyectos anteriores han sido costeados con fondos propios. El material de grabación era una cámara de fotos que tenía mi madre proveniente de un curso de fotografía. El sonido prácticamente se hizo con un móvil. Hasta ahora todo el proceso ha sido artesanal. Grababa con ayuda de mis padres, con la ayuda de amigos o familiares. Por ejemplo, el técnico de sonido era el novio de mi prima, que ha estudiado Comunicación Audiovisual Mis padres también me ayudan mucho; sin ellos no podría hacer todo esto.
Cuando terminé de escribir “Memorias de una bailarina” nos dimos cuenta de que era un proyecto precioso, con muchas posibilidades, pero que necesitaba de unos recursos de los que no disponíamos. Barajamos la opción de pedir alguna subvención, pero como era menor de edad, resultaba complicado: nos perdíamos en trámites burocráticos y requisitos legales.
Por otro lado, era consciente de que para un proyecto pequeño el móvil está bien, pero parar dar el salto y presentarse a festivales de más prestigio, no era suficiente. Vimos que mucha gente se decantaba por el crowdfunding y decidimos hacerlo. Y estamos muy contentos con el resultado.
¿Has logrado tu objetivo?
Quedan 4 días y quedan menos de 300 euros, que quede 3.200, así que yo creo que sí. Yo creo que confío en que va a salir. (A día de hoy, Iván ha conseguido el 100% de la financiación que necesitaba, y se encuentra inmerso en la producción de “Memorias de una bailarina”).
Los éxitos son tuyos, el trabajo detrás de la cámara también. Pero, ¿de qué manera la educación que has recibido en Villalkor te ha ayudado para dar un paso adelante en tu vocación?
Claro que sí. Una de las razones principales que me empujaron a apuntarme a Teatro por mi cuenta fue el teatro del colegio. Con José (Tíscar), que es profesor de Teatro en Villalkor, descubrí este mundo. Cuando eres pequeño no te haces una idea de cómo se realizan las películas. Y a través del colegio descubrí que dedicarme a este mundo me hacía feliz. He ido madurando, descubriendo, y complementando con actividades externas. Pero siempre he sentido que el colegio ha sido bastante influencia y un apoyo enorme en este proceso.
¿Te consideras más director, actor, guionista..?
Me considero más actor, la verdad, porque yo no empecé a actuar por dirigir. Empecé a dirigir por actuar. Escribir lo hago por necesidad, pero también me gusta. No puedo decir que una parte del proceso se me haga pesada: me gusta todo.
Para “Memorias de una bailarina” vas a rodearte de elenco profesional. ¿Cómo lo has conseguido?
El actor, uno de los tres principales, Guillermo Ortega, es mi profesor de interpretación y además está bastante concienciado con el tema del Alzheimer. Así que cuando le comenté el proyecto, enseguida se sumó a él. Al compositor le conocí a través de mi padre. La madre de la bailarina profesional es compañera de trabajo de mi madre…
Terminas 2º de Bachillerato en breve, ¿hacia dónde vas orientar tu futuro profesional?
El año que viene voy a estudiar una diplomatura de Dirección de Cine y quiero compaginarlo con estudios de interpretación. Ya tengo confirmada la plaza de la diplomatura de Cine. Y en cuanto a interpretación, estoy realizando entrevistas para varias escuelas. Y mientras, seguiré preparando mis proyectos para poder vivir de ello.
Solo nos resta dar las gracias a Iván Melguizo y desearle mucha suerte en su futuro, pues estamos seguros de que va a alcanzar el éxito que se merece.