Infancia y covid-19
Ya han pasado varios meses desde que se decretó el estado de alarma para la gestión de la crisis sanitaria generada por la COVID-19. Una de las primeras medidas consistió en el cierre de los centros educativos. Esto generó que todas las niñas y niños se tuvieran que quedar en sus casas. Desde los centros educativos se estuvo trabajando para que se siguiera una rutina en casa y que los menores pudieran seguir avanzando en sus estudios. Sin embargo, quizás debamos poner atención en cuáles han podido ser las repercusiones de este confinamiento en el desarrollo evolutivo de éstos. Además, también debemos poner atención en la infancia dada la situación que vivimos en la actualidad. Aún seguimos en pandemia, y aún existen multitud de cambios en nuestras vidas que, lógicamente, afectan también a la infancia.
Repercusión en su desarrollo
Desde la Psicología evolutiva y del desarrollo, se insiste en la importancia de la interacción con el ambiente para una buena construcción de sus estructuras cognitivas, físicas, sociales y emocionales. Las teorías del desarrollo evolutivo ponen de manifiesto que este es un proceso complejo que generalmente se divide en cuatro dimensiones básicas: físico, cognitivo, emocional y social. Todas estas áreas están conectadas y son interdependientes, lo que implica que trabajar desde una de las áreas afectará también al resto.
El desarrollo humano, por tanto, es una ciencia multidisciplinar que aglutina y comprende diferentes disciplinas como la biología, medicina, educación, psicología y sociología (Baltes et al., 1988) . Desde el origen del estudio del desarrollo, los y las profesionales de la psicología han intentado conocer cuál es el peso que tienen las condiciones biológicas en el individuo, así como las condiciones ambientales, llegando a la conclusión de que ambas son importantes para un adecuado desarrollo. Algunas de las principales conclusiones a las que se ha llegado es que el ambiente afecta de manera continua a las personas.
Es fundamental no perder de vista la importancia que tienen las experiencias que podamos ofrecer a los niños y niñas, y que estas han de ser equilibradas y propuestas a través del juego, así como adaptadas a la edad correspondiente.
Además, los estudios sobre la plasticidad del cerebro indican a su vez que las experiencias que una persona puede vivir afectan al desarrollo de sus estructuras neurológicas, y que éstas no dejan de evolucionar durante toda la vida. Durante el desarrollo de las personas, se van produciendo cambios que se basan o apoyan en lo que les pasó con anterioridad y puede afectar a lo que venga después. Por eso hemos de tener en cuenta algunos principios que marcan las teorías del enfoque del desarrollo, centrándonos en la infancia:
- El desarrollo dura toda la vida. Es decir, cada etapa que se va viviendo afecta a la siguiente y tiene influencia en cómo se desarrolle esta. Ninguna tiene más relevancia que otra, todas ellas van a tener sus propias características y valores.
- Plasticidad en el desarrollo. Todos nosotros hemos podido comprobar cómo ciertas capacidades mejoran si se practican, incluso cuando somos mayores. Sin embargo, y sabiendo que la plasticidad cerebral es una gran ventaja para el desarrollo, esta tiene límites en los niños y niñas dependiendo de las influencias que ejerza el ambiente en el desarrollo.
- Contexto histórico y cultural. Quizás uno de los principios más relevantes en el momento que estamos atravesando sea este, puesto que los seres humanos estamos influidos por el contexto histórico y cultural que nos ha tocado vivir. El contexto actual ha cambiado significativamente y de manera drástica, por lo que es muy probable que esto tenga consecuencias sobre el desarrollo a medio y largo plazo.
- El desarrollo cognitivo está vinculado a la influencia del medio. La persona construye sus aprendizajes interactuando con los objetos hasta alcanzar la adaptación de ese nuevo aprendizaje.
- Existen cuatro factores que intervienen ampliamente en el desarrollo de las estructuras de conocimiento y que explican el origen del pensamiento y el comportamiento, que son la maduración, la experiencia física, la interacción social y el equilibrio (Escobar, 2006)
Partiendo de estos principios podemos decir, por tanto, que es fundamental no perder de vista la importancia que tienen las experiencias que podamos ofrecer a los niños y niñas, y que estas han de ser equilibradas y propuestas a través del juego, así como adaptadas a la edad correspondiente. Cuando hablamos de ofrecer experiencias en la situación actual, derivada de la crisis sanitaria, puede parecer difícil debido a la necesidad de tener que limitar nuestras salidas a lugares donde rodearse de muchas personas es un riesgo.
Pautas para limitar el impacto
Esta situación se complica, en ocasiones, puesto que las personas responsables están sufriendo situaciones delicadas desde un punto de vista emocional. Es muy posible que se esté transmitiendo a su vez cierta ansiedad sin querer hacerlo, por ello es conveniente plantearse ciertas pautas con el fin de limitar el impacto que la pandemia puede tener en el desarrollo de los menores como las siguientes:
- Mantener los horarios y los hábitos. Estos harán que se disminuya la ansiedad que pueda estar provocando esta situación a los menores. En este sentido también es primordial que se diferencie entre los días de diario y los fines de semana, puesto que también esto conllevará actividades diferentes y ayudará a orientarse en el tiempo.
- Además de procurar mantener las rutinas, también es importante en estos momentos mantener cierta flexibilidad. La situación puede generar ansiedad y miedo en los menores que los lleve a bloqueos y dificultades para mantener la atención. Por ello, hemos de estar atentos a su estado emocional y ser capaces de flexibilizar y afrontar con naturalidad y mucha comunicación ciertas reacciones que puedan surgir.
- Promover el juego, ya que es la mejor manera de relajar y estimular la creatividad y sus necesidades evolutivas. En este sentido hemos de intentar promover el movimiento y el ejercicio físico que contribuirá a la mejora de su capacidad de atención y aprendizaje. Los niños y niñas necesitan el movimiento y la interacción para aprender.
- Promover también actividades creativas como pintar, hacer manualidades, escuchar música, disfrazarse, teatro…
- Facilitar la exploración y la investigación. Los niños y niñas son muy curiosos, capacidad que podemos fomentar en casa. Según las edades, pueden participar en diversas actividades de la vida cotidiana.
- Para los más pequeños organizar una caja o cesto con objetos cotidianos que no sean peligrosos (cucharas, cajas de cartón, telas…) para que puedan explorarlos. Otro ámbito interesante es la cocina que se puede convertir en un gran laboratorio de investigación en el que los alimentos son transformados. También plantar legumbres en un algodón empapado en agua y observar cómo van creciendo; o regar las plantas de casa, cuidar mascotas si se tienen, etc.
- La narración de cuentos o de poemas es otra propuesta interesante para desarrollar capacidades cognitivas y socioemocionales.
- Es un buen momento para hablar y potenciar valores positivos, así como trabajar el optimismo, la empatía y la amabilidad. Estos valores contribuirán a mejorar el procesamiento que hagan de los acontecimientos que probablemente estén escuchando o sintiendo. Servirán también de protección y potenciará un adecuado desarrollo emocional y social.
- Uno de los grandes retos de esta situación es cómo repercutirá en la interacción entre iguales. Muchos niños y niñas han pasado de una interacción cercana y diaria sin limitaciones, a una interacción con precauciones que, en muchos casos, no se comprenden del todo bien. Nos enfrentamos ahora a una gran modificación de las rutinas de juego en los espacios públicos, que conllevará necesariamente nuevas pautas educativas para explicar a los más pequeños qué se puede o no hacer, y cuáles podrían ser las alternativas.
Hemos de estar atentos a su estado emocional y ser capaces de flexibilizar y afrontar con naturalidad y mucha comunicación ciertas reacciones que puedan surgir.
Infancia y Covid-19: te recomendamos…
Todas estas recomendaciones sirven igualmente en tiempos sin pandemia. Pensemos que ahora más que nunca, es necesario prestar mucha atención al desarrollo de nuestros hijos e hijas, puesto que la situación actual repercute en todas las personas pero no todas tenemos el mismo período evolutivo. Y como base para manejar la situación está la comunicación. Comunicación empática y emocional para poder abordar desde un punto de vista emocional cuáles son las preocupaciones, los pensamientos que nos desbordan, la ansiedad… es importante, por lo tanto:
1.- Compartir puntos de vista, hablar sobre sentimientos, emociones, pensamientos que nos aborden.
2.- Escuchar completamente qué es lo que nos están diciendo nuestros hijos e hijas, incluso aunque no nos digan nada. Saber detectar situaciones de estrés o ansiedad que puedan afectar a su desarrollo normal.
3.- Apoyarse mutuamente. Desarrollar mecanismos de apoyo mutuo en la familia desde el optimismo y la orientación a la máxima normalidad. Hablar en exceso de la situación puede generar la sensación de malestar permanente, también en nosotros mismos.
Y por último, no olvidar que todas las personas estamos en una etapa determinada donde los acontecimientos de la vida cotidiana pueden modificar los diferentes desarrollos. Tengamos en cuenta qué pueden estar sintiendo y viviendo nuestros hijos e hijas y formemos un equipo de apoyo que nos proteja y ayude mutuamente.
Bibliografía
- Baltes, P. B., Lindenberger, U. y Staudinger, U. M. (1998). Life-span theory in developmental psychology. In W. Damon y R. M. Lerner (Eds.), Handbook of child psychology: Theoretical models of human development (pp. 1029–1143). Nueva Jersey: John Wiley & Sons.
- Escobar, F. (2006). Importancia de la educación inicial a partir de la mediación de los procesos cognitivos para el desarrollo humano integral. Laurus, 12(21),169-194.
Gema de Pablo González
Psicóloga