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La Psicología Positiva: educar para la felicidad.

La psicología positiva trata de estudiar los factores que afectan a nuestra felicidad y bienestar. Su gran aportación es que se puede aprender a ser feliz.

La psicología a partir de la Segunda Guerra Mundial puso el énfasis en lo patológico, aliviar el sufrimiento, mientras que la psicología positiva estudia las experiencias  placenteras para aumentar nuestra sensación de bienestar lo que contribuye también como factor de protección ante las adversidades.

El término psicología positiva fue propuesto por Martin Seligman, quien tras dedicar gran parte de su carrera al estudio de la indefensión aprendida  dio un giro radical hacia el estudio de lo que él llamó fortalezas y virtudes humanas.

Todos podemos fortalecer intencionadamente nuestra capacidad para experimentar y maximizar emociones positivas, lo que, se ha demostrado útil para la mejora de la salud física, emocional y social.

“Poner en práctica una fortaleza provoca emociones positivas auténticas” (Seligman, 2005) y actúan como barreras contra la enfermedad, entre estas se encuentran     el optimismo, las habilidades interpersonales, la fe, el trabajo ético, la esperanza, la honestidad, la perseverancia y la capacidad para fluir (flow), entre otras” (Seligman& Christopher, 2000).

Algunos de los componentes de la felicidad  o del sentimiento subjetivo de bienestar estudiados por Seligman serían:

  • El temperamento

Aunque las circunstancias afectan en nuestro sentimiento de bienestar, nuestra interpretación de lo ocurrido o nuestra forma de afrontarlo va a determinar cómo nos sentimos. Aunque el temperamento parece tener un componente importante hereditario los otros cuatro factores son perfectamente entrenables.

  • Capacidad para fluir (Flow): participación absorbente

Realizar actividades que nos gustan y que dominamos nos hacen sentirnos bien y nos da una sensación de control. Los niños tienen recursos innatos para la felicidad, ellos se entregan a sus juegos de una forma totalmente absorbente, disfrutando. Esta es una de las razones por la que los niños disfrutan tanto del juego, tienen una capacidad para lo que uno de los expertos en psicología positiva ha denominado Flow (fluir) que consiste en la capacidad de estar absorto en una tarea, completamente concentrado, lo que se experimenta como placentero. Algo que todos hemos experimentado en alguna ocasión, cuando el tiempo se detiene porque estamos inmersos en una tarea.

Todos podemos fortalecer intencionadamente nuestra capacidad para experimentar y maximizar emociones positivas, lo que, se ha demostrado útil para la mejora de la salud física, emocional y social.

En esos momentos estamos concentrados, nada nos distrae, no hay preocupaciones, todos nuestros sentidos están concentrados en un único  objetivo. Cualquier situación vivida con intensidad nos puede llevar a experimentar esto que la psicología positiva llama fluir.

El arte  da muchas oportunidades para experimentar esta sensación, a través  de la pintura, la música donde podemos disfrutar mientras desarrollamos nuevas habilidades, también los deportes nos posibilitan entrar en este estado e incluso en el trabajo. Lo que dificulta que se dé en el trabajo, es vivirlo como una obligación.

La curiosidad sería un fortaleza personal, lo que nos lleva a buscar a experimentar a descubrir, etc.

Proponernos y perseguir metas propias nos haría experimentar esta sensación con más frecuencia.

  • Tener más relaciones exitosas

Tener una red de amigos, (mas importante calidad que cantidad) es uno de los factores que mejor previene de tener problemas psicológicos como la depresión. “Las personas felices son más sociables, y existe motivo para pensar que su felicidad se debe a un alto nivel de socialización satisfactoria” (Seligman, 2005).

Cómo pensamos y cómo hablamos, también va a influir en nuestra sensación de bienestar y no solo de manera subjetiva. Ya que existen estudios donde el optimismo favorece el éxito, la salud, el bienestar e incluso la longevidad. Los optimistas ven oportunidades, retos y desafíos donde otros ven desgracias.

En un país llamado Buthan se puso a prueba un programa para la construcción del bienestar con actividades para desarrollar el optimismo entre los alumnos, los resultados fueron que no solo aumentaron los índices de satisfacción subjetiva de los estudiantes sino también sus resultados académicos.

Para concluir, aunque tengamos una imagen de la felicidad algo parecido a estar tendidos en una hamaca en un paraíso tropical, la felicidad es activa.

Por lo que os dejamos un ejercicio del psicólogo Richard Waisman, al cual le gusta dar a sus alumnos tareas que cueste muy poco realizar y los resultados sean muy beneficiosos,  como ejemplo a los estudiantes universitarios algo que le llevará menos de un minuto realizar y aumentará sus resultados, es simplemente sentarse en las primeras filas, eso provoca una serie de circunstancias que lo conducirán al éxito como estar más atento a las explicaciones, no tendrá ninguna dificultad para escuchar al profesor, al mismo tiempo que evitará distracciones y se relacionará con las personas más motivadas e involucradas en la actividad.

Su receta de la felicidad pasa por hacer el siguiente diario:

Lunes

Dar gracias

Escribe sobre algo que estés agradecido (tu familia, tener buena salud, si te gusta tu trabajo, etc).

Martes

Me lo pasé en grande…

Piensa en una de las experiencias más maravillosa de tu vida, quizás te sentiste de repente enamorada, fuiste a un concierto de tu artista favorito o te lo pasaste en grande con tus amigas.

Miércoles

 Futuro fantástico

Dedica un momento a escribir sobre tu futuro Imagínate que todo ha ido lo mejor posible. Se realista pero imagina que has alcanzado tus metas.

Jueves

Querido

Piensa en alguien que sea muy importante para ti y escribe una carta breve en la que describas lo mucho que te importa y el impacto que ha tenido en tu vida.

Viernes

Revivir la situación

Piensa en tres cosas buenas que te hayan ocurrido durante la semana puede que se trate de cosas triviales como encontrar  aparcamiento o mas importante como una buena oportunidad que te surgió, sumérgete otra vez en esa situación con esas sensaciones.

 

Para los más perezosos algo que cuesta menos de un minuto y esta demostrado que en un periodo de 6 meses aumenta nuestra sensación de bienestar. Cada noche al acostarse piense o repase las tres cosas que han ido bien durante el día. No tienen que ser cosas grandes, puede ser que vieron una bonita puesta de sol.  Esto le lleva a relajarse, dormir mejor, y a centrarse en lo positivo volviendo su cerebro más optimista.

Roberto Pérez

Orientador de Primaria

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