La tecnología puede ser muy útil, hoy en día existen aplicaciones educativas, algunas de ellas formidables. Podemos usarlas para motivar a los alumnos, por ejemplo, practicando matemáticas de forma lúdica. En educacióntrespuntocero puedes encontrar varias de estas aplicaciones. También tenemos la posibilidad de acceder a cualquier información de forma rápida y sencilla o visualizar una clase grabada, lo que nos permite estudiar mejor. Pero a su vez los expertos también nos avisan de los peligros de los abusos y los malos usos.
La especialista Elizabeth Kilbey en su libro “Niños desconectados” nos advierte de los peligros de la hiperconectividad a la que estamos sometidos hoy en día. «Nueve de cada diez niños de entre uno y dos años tienen una vida sedentaria. El ochenta y cuatro por ciento de los menores de cinco años no hacen ni la actividad mínima recomendada de una hora al día lo que repercute en el sueño, en el nivel de actividad física, en el nivel de obesidad, en la capacidad de concentración», nos dice la autora en su libro.
Por todo esto es necesario que establezcamos normas para tener claro cómo y cuándo utilizar la tecnología.
La nuevas tecnologías son como las gominolas, o los caramelos, no podemos permitir que los utilicen indiscriminadamente y a todas horas. Establecer normas es útil para aprovechar las virtudes y prevenir los riesgos que ofrecen las nuevas tecnologías. Pautar un horario en el que se puede jugar y cuanto tiempo, puede ayudar mucho a trabajar los límites y el auto-control.
Cuando establecemos normas estamos hablando siempre de responsabilidad y consecuencias. Todo tiene consecuencias, ya sean positivas o negativas.
Cómo establecer normas para usar la tecnología
Poner normas es una forma de organizar las cosas; a su vez los límites protegen las relaciones. Ser firmes con los hijos les proporciona una pauta de cómo actuar y cuando. Si somos demasiado blandos, y no les damos el orden que necesitan, es posible que no sepan dirigirse ellos mismo. La educación en el orden, las normas y los límites, es muy útil. Siempre, por supuesto, desde la amabilidad y el cariño.
- En Primaria hay que resistirse. En estas edades no necesitan redes sociales. Arovechemos para crear vínculos con ellos, jugando juntos y hablando mucho. Sobre todo hay que escucharles para establecer lazos de confianza. Que el niño se acostumbre a contarnos sus cosas de forma que después recurran a nosotros si tienen algún problema. También entre los compañeros compartiendo, jugando y divirtiéndonos juntos a la vez que creamos vínculos, confianza, aprendemos entre todos a inventar juegos y reglas, a respetarse y a cuidarse, fomentando el cariño, la amistad, a crear relaciones basadas en el afecto y el respeto. Todas ellas cualidades que no se aprenden en una pantalla y que permitirán a esos niños usar luego las nuevas tecnologías de forma responsable.
- En la adolescencia los padres pueden establecer cuándo pueden usar las redes sociales. Porque hoy en día hay jóvenes que están siempre conectados, nunca descansan. Desde el Colegio Villalkor intentamos concienciar a los jóvenes de los riesgos y del buen uso de las nuevas tecnologías. El grupo de Ayudantes TICs, constituido por alumnos de Secundaria, se forma en estos asuntos para posteriormente concienciar a los más jóvenes, en 5º y 6º de Primaria, acerca del buen uso de la nuevas tecnología, hablando de ellas siempre en clave de valores. Es importante conocer que la intimidad y privacidad en internet es engañosa y el respeto es obligatorio.
Las principales asociaciones pediátricas, asocian la exposición a la pantalla en edades tempranas con adicciones, falta de atención, disminución del vocabulario, impulsividad… Se trata de recomendación que van más allá de lo educativo, pues son recomendaciones de sanidad pública, para cuidad la salud neurológica de nuestros hijos.
El grupo de Ayudantes TICs, constituido por alumnos de Secundaria, se forma en estos asuntos para posteriormente concienciar a los más jóvenes, en 5º y 6º de Primaria.
No se trata de prohibir, la idea es que los alumnos han de saber que sus maestros y sus padres, están al servicio de su educación, no que los alumnos están al servicio del cumplimiento de unas normas estrictas. Saber que todo tiene una responsabilidad y unas consecuencias y conocer cuál es el objetivo de nuestras acciones es la clave. Que yo como padre o educador te explico cómo y cuándo puedes usar el móvil aunque te lo hayas comprado con tu dinero. Pues el adulto está al servicio de tu educación.
Un estudio realizado por el investigador Clifford Nass, demuestra que hacer muchas cosas a la vez lleva a la pérdida de eficacia. El colapso de la memoria de trabajo lleva a más errores, a más superficialidad… y concluye diciendo: “los que hacen multitarea tecnológica son enamorados de la irrelevancia”.
La mejor forma para prevenir no es solo regular, que es muy útil y necesario, sino también aportar alternativas extraordinarias.
La mejor forma para prevenir no es solo regular, que es muy útil y necesario, sino también aportar alternativas extraordinarias como pueden ser, pasar tiempo juntos, cultivar las relaciones sociales, etc. No todas estas alternativas se nos tienen que ocurrir a los adultos. Aburrirse también puede ser una experiencia enriquecedora. Aburrirse en ocasiones es la antesala de la creatividad y el ingenio.
Y no debemos olvidar que, como adultos, somos modelos de nuestros hijos. Aprender a limitar las tecnologías, aprovechar los momentos juntos sin distracciones de otro tipo.
Como adultos podemos aprender de los niños a vivir el momento, carpe diem, los niños enseñan a quitar hierro, aprender a disfrutar y no solo a evadirse. Es una buena práctica desconectar y estar concentrados en disfrutar del momento. En internet puedes encontrar mucha información pero el conocimiento se adquire con la práctica y eso no puedes aprenderlo en una pantalla.
Y si quieres más información:
Roberto Pérez
Psicólogo Orientador Educación Primaria
Colegio Villalkor