Hábitos en la infancia
Ya el pasado mes de febrero publicamos un post en este blog con una introducción acerca de la importancia de los hábitos en familia.
Por qué, cuándo y cómo desarrollar hábitos en la alimentación
- La alimentación durante la infancia es un proceso en continua evolución. Se produce a la vez que evoluciona el niño o la niña a nivel cognitivo, motor o afectivo social. En un breve espacio de tiempo, normalmente año y medio, pasamos de tomar leche materna o de sustitución, a purés y de ahí a alimentos sólidos.
- La introducción de sólidos en la primera etapa de la vida, en los 12 primeros meses, es necesaria y muy importante, puesto que evitará posibles degluciones atípicas en el futuro por el reflejo de succión con el que nacemos. Esta introducción de sólidos evita asimismo posibles dificultades en la adquisición de la articulación del habla.
- Se recomienda introducir el sólido cuando el niño o la niña es capaz de sostener el cuello y la cabeza, ha alcanzado la sedestación, tiene interés por la comida del adulto y ha perdido el reflejo de succión.
- En cuanto a la alimentación, recomendamos que el horario de la familia se adapta al del menor para poder compartir tiempo en familia, ya que es un tiempo de aprendizaje para el niño porque la familia es su modelo, aprende vocabulario, a la importancia de comunicarse y escuchar, a esperar su turno, incluso a utilizar los cubiertos observando a su familia.
Hábitos para evitar trastornos del sueño en la infancia
- Respecto al sueño, los trastornos del sueño son frecuentes en niños. El 10-20% de los lactantes se despiertan habitualmente durante la noche y necesitan ayuda para dormirse. El 20% de los niños de 1 a 3 años y el 10% entre 4 y 5 años presentan dificultades para conciliar el sueño y despertares nocturnos.
- Para evitar estos problemas deberemos establecer un ritual de sueño, por ejemplo, ponerse el pijama, lavarse los dientes, acostarse con una luz tenue, darle su muñeco/gasa o chupete los más pequeños, un cuento corto por parte de su familia, beso de buenas noches, y abandonar la habitación el adulto que le acompañe en este ritual.
- No es conveniente que el niño o la niña aprende a dormir junto a la figura de apego o un adulto, ya que es un hábito que necesita ser autónomo.
Acompañarle en el aprendizaje del hábito de la higiene
- La higiene es un hábito básico que debe aprender todo niño, en cuanto a lavado de manos cuando sube de la calle y antes de ingerir alimentos, uso del baño de manera autónoma y tirar de la cadena. Como todo hábito, se aprende por repetición, siendo necesario que en las primeras veces acompañemos al niño o niña en este hábito, le vayamos diciendo los pasos por orden o incluso sirvamos de modelo.
- Este hábito se puede acompañar con el uso de pictogramas o dibujos pegados en la pared del baño en donde de manera visual el niño pueda consultar los pasos a seguir para una correcta higiene.
María Paz García
Orientadora Ed. Infantil