Para aprender es condición indispensable prestar atención. Pero, ¿cómo entrenar la atención?
Existen muchas actividades para trabajar la atención desde edades tempranas: juegos tradicionales como el veo-veo, sudokus, puzzles, sopas de letras, juego de parejas o memory, juegos de construcción, juegos de mesa, manualidades, etc. A través de estos juegos, además de la atención, se trabajan muchas otras habilidades de una manera que motiva a los niños.
La atención está relacionada con otras habilidades que juegan un papel decisivo en el éxito del aprendizaje: la perseverancia, voluntad, la responsabilidad, la motivación, entre otras. Asimismo, se basa en la capacidad de enfocarnos en unos estímulos y evitar o ser capaz de ignorar otros. Por lo tanto es necesario eliminar los estímulos distractores. Por ejemplo, el orden: no se trabaja igual en una mesa ordenada que en otra que no lo está. Y a su vez, el hábito de ser ordenados nos exige un trabajo de atención y responsabilidad.
Debido a la sobreestimulación a la que estamos expuestos en la actualidad, solemos realizar varias tareas a la vez e incluso, como utilizamos las nuevas tecnologías, intentamos estar en varios sitios al mismo tiempo. Todos estos hábitos que hemos ido desarrollando merman nuestra capacidad de atención, que es limitada puesto que únicamente podemos atender a unos pocos estímulos al mismo tiempo. Así que evitar la sobreestimulación, y realizar las tareas de una en una aumentará nuestro poder de concentración y eficacia en lo que estemos haciendo.
Cómo entrenar la atención
Los niños que son capaces de regular su atención no sólo presentan mejor rendimiento académico, sino que además suelen ser más capaces de regular su comportamiento para alcanzar metas futuras. También saben controlar sus impulsos y sus emociones por lo que su desarrollo social y emocional es también mejor.
La buena noticia es que tanto la atención como la concentración (capacidad para mantener la atención) pueden ejercitarse: el manejo consciente de la atención es una capacidad imprescindible que debemos desarrollar.
Si bien es cierto que todos nos distraemos, la diferencia es que algunas personas son capaces de redirigir su atención hacia lo que estaban haciendo rápidamente, mientras que otras se dejan llevar por la distracción. Una forma de ejercitar esta habilidad de redirigir la atención es utilizar la técnica Pomodoro (que hemos comentado en artículos anteriores).
Otros ejercicios que nos ayudan a trabajar la atención y son muy útiles porque nos dan un feedback inmediato de cómo lo hemos hecho:
- La música.
- Las matemáticas también exigen concentración y exactitud en la respuesta.
- La lectura lenta, al hacer el esfuerzo de comprender lo que se lee.
- El deporte: un cuerpo en movimiento es un cerebro en movimiento
- El descanso: cuando hablamos de atención es importante no olvidar nunca el descanso. Una de las primeras cosas que se resiente con la fatiga es nuestra capacidad de atención.
Por último uno de las pautas más importantes, como plantea el Maestro y Doctorado en Filosofía Gregorio Luri: ¿les estamos proporcionando a nuestros hijos modelos de concentración, de habituación al trabajo concentrado, al interés por aprender?
Roberto Pérez
Dpto. Orientación Psicopedagógica